1. Hidratarse correctamente.
El agua es indispensable para la vida de cualquier ser vivo y nuestro cuerpo está compuesto por un 70% de ella. Así que si será importante hidratarnos correctamente!
Realizando actividad física y en el verano es cuando necesitamos beber más líquido. La mejor opción para nuestro cuerpo siempre es elegir agua y evitar cualquier tipo jugos o bebidas industrializadas. También se pueden preparar aguas saborizadas naturalmente, agregando por ejemplo: algo de fruta, hierbas frescas, jengibre, etc.
2. Elegir alimentos naturales
¡Frutas y verduras! Deben ser las protagonistas de nuestra alimentación diaria. Aportan fibra, vitaminas, minerales y agua; ademas de sumar pocas calorías y mucha saciedad, ideales para afrontar cualquier época del año. Su variedad permite que podamos combinarlas de formas diferentes y muy sabrosas. Jugos, licuados, ensaladas y tartas son en general las opciones más comunes, pero no las únicas.
Semillas, leguminosas, cereales, carnes, algunos lácteos y huevos son también alimentos naturales que debemos tener en cuenta para sumar a una alimentación saludable. Y si el alimento es procesado, cuantos menos ingredientes tengan, mejor!!!
3. Realizar todos los tiempos de comidas.
Suele ser algo que no siempre se toma en cuenta por las demandas de nuestras actividades cotidianas, pero nuestro cuerpo necesita que comamos a las horas adecuadas, evitando ayunos prolongados. Por esto es importante recordar cuáles son los tiempos de las comidas principales: desayuno, almuerzo, merienda y cena; brindando en estos la energía justa para que nuestro organismo pueda realizar todos los procesos biológicos normalmente.
Ademas, alguna pequeña colación entre comidas para colaborar en dichos procesos.
4. Ser consciente.
Fácil decirlo, difícil ponerlo en práctica. Poder ser consciente de nuestro cuerpo es todo un desafío. Traer conciencia a nuestra vida nos permite disfrutarla aún más y traer conciencia a nuestra alimentación nos brinda múltiples beneficios: (en nuestra salud, mas energía en nuestro día, mejora nuestro estado de ánimo, etc). Imagínense a ustedes mismos saboreando una comida que les encante y descubriendo todo esto, y mas… Es un momento único!
Bueno, el desafío está en que todos o casi todos los momentos sean así.
5. Planificar
Planificar nos da la seguridad de que estamos haciendo las cosas “bien”, evita que caigamos en la desesperación de no saber que comer.
¿Planificar la alimentación? Si, y es más fácil de lo que parece. Primero que nada, la oferta de frutas y verduras de estación es enorme así que partimos de una buena base. Ir una vez por semana al puesto, si podemos y sino podemos conseguirlas en el súper sin problemas. Podemos hacer preparaciones simples y rápidas como tartas, soufflés, wok de vegetales, milanesas o hamburguesas en su versión saludable, o una buena ensalada completa. No es necesario ser chef para hacer preparaciones sanas. Se puede destinar un día a la semana para lavar vegetales, cortarlos y guardarlos en tuppers. También hervir cereales y legumbres y tener para la semana. Podemos también cocinar y congelar, nos ahorramos tiempo y ganas para otras ocasiones.
¡Evita las excusas, encontrá las soluciones!
